lunes, 4 de julio de 2011

At the Gates of Loyang. Reunión de Verduleras


Este verano me han regalado un nuevo juego para mi ludoteca. Se trata de "At the Gates of Loyang", diseñado por el alemán Uwe Rosenberg en 2009, es el juego que completa la "Trilogía de la Cosecha" junto con otros dos, el Agricola (actualmente es mi juego favorito, hablaré de él pronto) y el Le Havre (también muy bueno). Siendo el hermano pequeño de estos dos grandes juegos, comprenderéis las ganas que tenía de jugarlo.


Uwe Rosenberg se caracteriza siempre por innovar en las mecánicas de juego y además es muy acertado en los temas que escoje. En At the Gates of Loyang seremos granjeros chinos que hacen negocio con sus verduras para obtener dinero y avanzar así en el "camino de la prosperidad". La mecánica del juego está basada, como no, en cosechar vegetales y venderlos a clientes y a diferencia de otros juegos del diseñador, se centra mucho más en el uso de cartas.


Los tableros minimalistas individuales para cada jugador son otra novedad en esta mundillo. Tiene forma de T, en el travesaño hay lo que se llama la "tienda" donde el jugador puede comprar vegetales para sembrarlos o venderlos a un precio menor; de más barato a más caro son: trigo, calabaza, rábano, coliflor, judía y puerro. En el cuerpo y en vertical está el "camino de la prosperidad", un contador de puntos de victoria. A los lados de esta marcador se situarán las cartas que vaya poniendo en juego. En la parte superior de la T cada jugador pone un campo con nueve espacios que sirve de "campo de casa" y a la vez de marcador de turnos. A su lado habrá una pila boca abajo de campos con diferentes espacios, a menos espacios tenga el campo más tipos de vegetales y más caros, podrá contener. A la derecha de la T cada jugador pone una carta que sirve de carro de verduras (donde se coloca la cosecha) y almacén (para guardar verduras entre un turno y otro). Finalmente cada jugador recibe 10 monedas.

Lo primero que se hace al empezar la partida es que cada jugador compra un vegetal de su tienda y la siembra en su campo de casa, rellenando los espacios sobrantes con el mismo vegetal. A partir de aquí cada turno se divide en tres fases.


Fase de cosecha. Cada jugador, simultáneamente recoge un vegetal de cada uno de sus campos y abre un nuevo campo de su pila, que estará disponible para sembrar en la fase de acciones. Los campos agotados se descartan.

Fase de cartas. Cada jugador recibe 4 cartas. Al final de la ronda cada jugador tiene que acabar con dos cartas en su tablero, una de su mano y otra del "patio". Esta es la fase más complicada de explicar del juego. El primer jugador tiene que dejar una carta de su mano abierta en el centro de la mesa, abriendo el "patio". A partir de ahí, los siguientes jugadores tienen que elegir entre poner una carta en el "patio" o escoger una carta del patio, luego una de las cartas de su mano y dejar el resto en el patio. Ésto se repite secuencialmente hasta que todos los jugadores tienen 2 cartas. El último que lo hace será el primer jugador.

Dos clientes habituales (satisfecho y enfadado), cliente eventual, puesto de mercado y dos ayudantes

Hay 5 tipos de cartas. Campos: Como los de cada jugador, pero hay que pagar dos monedas para comprarlos. Clientes habituales: a estos clientes los tienes que servir cada turno durante cuatro turnos por las monedas indicadas y si no se enfada (el disco del marcador de satisfacción pasa de azul a rojo). Una vez enfadado, si no le sirves hay que pagar 2 monedas de multa. Clientes eventuales: Les puedes servir su pedido en cualquier momento pero todo de golpe, pagarán más o menos dependiendo del ratio clientes habituales/clientes eventuales. Puestos de mercado: funcionan como punto de intercambio, para cambiar vegetales por otros. Ayudantes: permiten hacer acciones especiales como cambiar vegetales en puestos de mercado de otros jugadores, comprar más barato, vender más caro, mejorar la cosecha, etc.


Fase de acciones. En esta fase cada jugador puede realizar las siguientes acciones tantas veces como quiera y en el orden que quiera: sembrar campos, comprar verduras, vender verduras a clientes o a su tienda, usar ayudantes, cambiar verduras en puestos de mercado. Una vez por turno puede comprar un lote doble (dos cartas del mazo) por tantas monedas como el mayor número de ayudantes o puestos de mercado que tenga. Puede quedarse con ninguna, una o dos cartas pero si quiere quedarse con las dos tiene que elegir una de ellas para utilizar primero y la otra no estará activa hasta que se descarte la primera. Finalmente el jugador gasta monedas para avanzar por el camino de la prosperidad. El primer avance en cada turno siempre valdrá 1 moneda y los siguientes, el número que indique en el camino, haciendo que cada vez se necesite más dinero para avanzar la segunda casilla de cada turno.

Por supuesto si en algún momento te falta dinero puedes pedir un préstamo, pero el pago es retrasarte una casilla en el camino al final de la partida.

El juego continua nueve turnos y gana el jugador que haya avanzado más por el camino de la prosperidad.


¡Los componentes son excelentes! me encantan las piezas de madera en forma de verduras, las monedas perforadas en el centro, los chinitos marcadores de puntos... En este caso los jugadores no tiene colores diferentes, porque cada uno tiene su propio marcador.

Se trata de un juego más en el terreno de la táctica que de la estrategia a largo plazo, porque cada turno van apareciendo nuevas cartas al azar y tienes que adecuar tu jugada a lo que hay en la mesa, esto es muy diferente de los otros dos juegos de la trilogía, enfocados a estrategia a muy largo plazo. El secreto de este juego es dominar la fase de acciones, realizando las más rentables y en el mejor orden para obtener el máximo dinero. El juego tiene sus pros y sus contras. Por el lado bueno, la mecánica es muy interesante y novedosa, hay muchas estrategias y posibilidades para optimizar tus jugadas y me encanta el diseño y las figuritas de verduras. Por el lado malo, las partidas son muy largas, especialmente las primeras puesto que hay muchas cartas que leer y entender (además el juego no está traducido al español, por lo que todo es en inglés), la interacción entre jugadores es muy limitada (solo 4 o 5 cartas de ayudantes lo permiten) convirtiéndolo casi en un solitario múltiple, con los ratos de espera que implican dejar jugar a los demás. Es para 1 a 4 jugadores y las partidas puede extenderse hasta 2 horas y media, más si son las primeras.

Conclusión: Es un juego excelente recomendado a los amantes de la optimización.  Es como hacer sudokus rurales, todo tiene que cuadrar. Considero que es quizá el más flojo de la trilogía y no lo recomendaría para no jugones porque les parecería lento.

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